Fede Valverde ha dado un paso al frente asumiendo galones y convirtiéndose en un auténtico líder en el vestuario del Real Madrid
La llegada de Kylian Mbappé ha acaparado, sin lugar a dudas, todos los focos en el Real Madrid. El vigente campeón de Europa logró, de una vez por todas, firmar al que para muchos es el mejor futbolista del mundo y este hecho ha dotado de un favoritismo aun mayor al club de Chamartín. Sin embargo, en este arranque de temporada hay un nombre en la plantilla madridista que está destacando por encima del resto: Fede Valverde.
El uruguayo, tras la dolorosa salida de Kroos, ha tomado consciencia de que debía asumir más responsabilidades, tomar el control de la sala de máquinas del Real Madrid y dotar de equilibrio a un equipo plagado de estrellas en la faceta ofensiva. Pues bien, lo cierto es que Valverde no solo ha sabido asumir ese rol, sino que, además, parece haber crecido, más si cabe, como futbolista.
Fede Valverde, un capitán sin brazalete
Más allá de la asistencia y los dos goles (uno en liga y otro en la Supercopa de Europa) que ha anotado Fede en lo que llevamos de temporada, la realidad es que Valverde parece un futbolista completamente renovado. Ancelotti bromeó hace poco en rueda de prensa sobre las cifras goleadoras que debería alcanzar el charrúa en la presente campaña, pero también se puso serio para dejar claro que este chico se ha convertido en un líder dentro y fuera del campo, por lo que, en estos momentos es uno de los pilares indispensables de este Real Madrid.
Este liderazgo del que hablaba Carletto se evidencia en cada partido del conjunto blanco. Todos los compañeros lo buscan; cada balón pasa por él; es el encargado de dirigir las transiciones vertiginosas de los muchachos de Ancelotti; y, además, también parece haber asumido la responsabilidad de los lanzamientos de falta con ese cañón en su pierna derecha que tanto le caracteriza.
El mejor heredero posible de Toni Kroos
La conclusión de la pasada campaña nos dejó una de las peores noticias en el mundo del fútbol: la retirada de Toni Kroos. Pues bien, si a todos los amantes de este deporte nos dolió ver cómo aquel futbolista que tantas y tantas veces nos deleitó con el balón en los pies decidía colgar sus míticas botas; imaginen lo duro que fue para un chico que creció admirándole desde la distancia y acabó aprendiendo de él sobre el campo.
Kroos era, sin lugar a dudas, el gran ídolo de Fede Valverde y el alemán tuvo el detalle de cederle su número. Este gesto fue agradecido de la mejor manera posible por el uruguayo anotando en la final de la Supercopa de Europa, llevándose la mano al dorsal y realizando la legendaria celebración de Toni para hacerle saber al mundo entero que el centrocampista germano no podía haber confiado el legado de su dorsal en un mejor futbolista.