El Real Madrid firma las tablas por 2-2 ante el Bayern en el Allianz, haciendo los honores a una noche mágica en el Santiago Bernabéu
Bayern de Múnich y Real Madrid se enfrentaban en la primera semifinal de la Champions League. El esférico no comenzaría a rodar hasta las 21 horas peninsulares, pero un choque de este calibre, como es obvio, empezó mucho antes. Los locales hicieron un llamamiento a su afición para que acudieran la gran mayoría con la elástica del Bayern, tratando de crear una atmósfera de noche mágica con la que llevar en volandas a los suyos hacia la consecución de un resultado positivo. En el lado opuesto, la afición merengue desplazada hasta Múnich se hizo notar, y mucho, por las calles de la ciudad germana.
Dejando el contexto a un lado, el momento más esperado de la noche, por fin, llegó. Ese himno capaz de erizar la piel de todos los amantes de este deporte comenzó a sonar en el Allianz Arena e hizo los honores para que el choque empezara a disputarse. La cara de los 22 protagonistas no daba lugar a equívoco, estábamos a punto de disfrutar de uno de los mejores espectáculos posibles en el mundo del fútbol.
El arreón inicial del Bayern sorprendió al Real Madrid
El pitido inicial del colegiado puso a rodar el esférico y provocó que el conjunto local mandara un aviso a navegantes: “¡Somos el Bayern de Múnich!” Qué más da que el Leverkusen haya sido capaz de romper los once años de monopolio del Bayern en la Bundesliga, si en este tipo de “finales” no existen los favoritismos. Es cierto que, probablemente, los muchachos de Tuchel no atraviesen su mejor momento de la temporada, pero los alemanes han logrado alzarse hasta cinco veces campeones de esta competición y, en este tipo de partidos, la experiencia juega un papel indispensable. Todo ello debería saberlo a la perfección un Real Madrid que domina a la perfección este tipo de escenarios.
Los alemanes comenzaron muchísimo mejor el encuentro. El arreón inicial del Bayern logró sorprender a un cuadro merengue que le costó encontrarse en el partido. Tanto es así que, durante los primeros compases del choque, el conjunto bávaro no solo dominó la posesión a su antojo, sino que también llegó con bastante peligro sobre la meta de Andriy Lunin.
Toni Kroos tiró de veteranía y cambió por completo el partido
Una vez más la eliminatoria parecía ponerse muy cuesta arriba para el Real Madrid. Los de Ancelotti parecían aturdidos ante un Allianz que no dejaba de rugir en favor de los suyos y unos futbolistas, los locales, que desplegaron su mejor versión durante los primeros minutos del encuentro. Sin embargo, cualquiera que siga con asiduidad esta competición sabe que este guion ya se ha visto en varias ocasiones y, a pesar de todo, el final acaba siendo el mismo. Y, en esta ocasión, no iba a ser menos.
En el momento más adverso para los de Chamartín se erigió la figura de un futbolista que conocía a la perfección el escenario: Toni Kroos. El ex del Bayern, consciente del complejo momento que atravesaban los suyos, retrasó su posición, asumió mayor responsabilidad en la creación de juego y, de la nada, se sacó una asistencia magistral de la manga para habilitar a Vini Jr.
El brasileño, tras el pase milimétrico de Toni, se plantó completamente solo contra Manuel Neuer y volvió a hacer gala de esa pausa en los últimos metros que le han acabado convirtiendo en el mejor futbolista del mundo. Otra vez él, el héroe de París en el decimocuarta, el del Hat-Trick al Barça en la final de la Supercopa de España, el máximo goleador brasileño en la historia de los Clásicos…; en definitiva, otra Vini Jr, ese chaval capaz de dar un paso al frente en los partidos importantes para dejar claro que es el verdadero líder de este equipo.
El gol de Vini provocó el bajón de los alemanes, los visitantes tomaron el mando del partido y el encuentro fue encaminándose hacia la conclusión de la primera parte con un Real Madrid volcado sobre la meta de Manuel Neuer.
Giro de 180° en la segunda parte
Los segundos 45 minutos modificaron completamente la tónica predominante en la primera parte. El Real Madrid, como ya había ocurrido en el último tramo del primer tiempo, impuso su fútbol y pareció tener bajo control el encuentro. Sin embargo, fíjense cómo es el fútbol que precisamente en el mejor momento del cuadro madridista, Leroy Sané soltó un latigazo para sorprender a Lunin y subir las tablas al luminoso.
Por si este jarro de agua fría no hubiera sido suficiente para los muchachos de Carletto, antes de que pudieran asimilar lo sucedido, Lucas Vázquez derribó a Musiala provocando un penalti clarísimo a favor de los locales. Harry Kane asumió la responsabilidad y engañó a Lunin en el lanzamiento para completar la remontada bávara en apenas cuatro minutos.
A partir del tanto del ariete inglés, el Real Madrid consiguió rehacerse y volver a encontrar su planteamiento de juego para meterse en el partido y competirle de tú a tú al Bayern de Múnich. A pesar de esta notable mejora de los merengues, los bávaros gozaron de las mejores ocasiones, con dos de ellas muy claras para haber aumentado su ventaja. No obstante, la poca eficacia de los delanteros locales y el buen hacer de un Lunin que mostró gran seguridad y solvencia durante todo el encuentro, provocaron que el marcador se mantuviera 2-1.
Vini Jr, una vez más, al rescate del Real Madrid
Finalmente, el Real Madrid volvió a resucitar de entre los muertos para dar un golpe sobre la mesa y hacerle saber al mundo entero una vez más que a este equipo, el legítimo rey de Europa, jamás se le puede dar por muerto. Y tenía que ser él, quién si no. Otra vez el mismo chaval que desde que cumplió su sueño de enfundarse la elástica merengue no ha dejado de echarse el equipo a sus espaldas y representar ese escudo como nadie; otra vez un Vini Jr que, como ya viene siendo costumbre, acudió al rescate de los suyos para revolucionar el partido, realizar una acción espectacular, asistir a Rodrygo para que su compatriota sufriera un penalti clamoroso por parte de un zaguero visitante.
El ‘7’ blanco, como ya hizo en El Clásico, asumió la responsabilidad y, como si de un experto en la pena máxima se tratase, batió a un Manuel Neuer que poco pudo hacer ante el lanzamiento del brasileño. Gol, golazo de Vini para desatar la locura de la parroquia merengue desplazada hasta el Allianz y movilizar a las masas madridistas la próxima semana en el Santiago Bernabéu a sabiendas de que, muy probablemente, vuelva a vivirse una noche mágica de Champions protagonizada por su Real Madrid.
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