El astro del Real Madrid ofreció su enésimo recital en Múnich y va ganando enteros para hacerse con su primer Balón de Oro
La historia de Vini Jr desde que llegó al Real Madrid no podría haber sido guionizada ni por el mejor director de Hollywood. El brasileño aterrizó en Madrid tras la salida del mejor futbolista de la historia de la entidad blanca, Cristiano Ronaldo, y sin apenas fichajes para suplir la baja del luso. A pesar de su juventud, apenas 18 años recién cumplido, hizo gala de su gran personalidad y se echó el equipo a las espaldas en numerosas ocasiones cuando tuvo la oportunidad de tener minutos con el primer equipo.
Sin embargo, como cualquier gran historia, todos sus inicios no fueron color de rosa. La carencia goleadora de Vinicius le ocasionó todo tipo de burlas y mofas por parte del antimadridismo e incluso alguna que otra crítica desde sectores afines al club blanco. No sé qué esperaban de un niño con la mayoría de edad recién cumplida que, sin tener porqué, estaba liderando, con mayor o menor acierto, al mejor club del mundo.
Vini Jr, una historia de superación constante
Los años fueron pasando y, cuando por fin Vini gozó de la regularidad que necesitaba para crecer como futbolista y mejorar en esos pequeños aspectos que debía pulir, el brasileño logró pasar de “meme” a estrella mundial. He ahí, muy probablemente, la razón de la lamentable animadversión que existe en nuestros días sobre el jugador del Real Madrid.
Ese mismo chaval al que tanto le costaba ver puerta, en estos momentos es el máximo goleador brasileño en la historia de los Clásicos; anotó ni más ni menos que en una final de Champions para llevar la décimo cuarta a las vitrinas de Chamartín; y, por si esto fuera poco, es el jugador con mayor número de aportaciones de gol en todo el Viejo Continente. Sí, amigos, sí. Debe ser duro, muy duro, no haber confiado en él desde el principio, haberle criticado o, simplemente, haberse reído de un chaval que tan solo unos años más tarde está marcando una época en el fútbol mundial.
El próximo Balón de Oro
Tal vez todo ello sea el principal motivo de la persecución sin precedentes que existe sobre el brasileño. Envidia, pura envidia. Esa es la razón por la que se recurre a la lacra social del racismo para cargar contra él; esa es la razón por la que se le desea la muerte en partidos que ni siquiera juega…; en definitiva, esa es la razón por la que todos los individuos que lanzan todo tipo de improperios sobre Vini hacen gala de su descomunal ignorancia.
Por otro lado, llama poderosamente la atención que la gran mayoría del madridismo, cuando se trata el tema del Balón de Oro, señalen sin duda alguna a Jude Bellingham. A todos ellos habría que preguntarles dónde estaba el bueno de Jude en El Clásico de la Supercopa de España en la que Vini anotó su segundo Hat-Trick con la camiseta del Real Madrid; dónde estaba el bueno de Jude (más allá del penalti marcado) en el Etihad; y, sobre todo, sin irnos tan lejos, dónde estaba Bellingham en el Allianz Arena cuando el equipo más le necesitaba.
Este último párrafo ni mucho menos pretende cargar contra el astro inglés, ni mucho menos minusvalorar el desempeño extraordinario del ‘5’ merengue desde que recaló en la entidad blanca. Simplemente, pretende hacer tomar consciencia de que cualquier comparación con Vini Jr en estos momentos carece de sentido. Vinicus es, sin lugar a dudas, el líder de este Real Madrid; el jugador más determinante de Europa; y, en apenas unos meses, será el mejor futbolista del planeta tras ganar su primer Balón de Oro con la décimo quinta bajo el brazo.